Donar médula es donar vida

Un pequeño esfuerzo para el que dona, pero un gran regalo para quien recibe la donación: la oportunidad de seguir caminando.

¿Y tú, te animas?

¿Cómo puedes hacerte donante en Euskadi?

Puede ser donante de médula ósea toda persona con edad comprendida entre los 18 y 40 años que goce de un buen estado de salud.

  1. Entra en la web e infórmate en la Guía del Donante
  2. Regístrate como donante universal en el formulario de inscripción de Osakidetza
  3. El servicio de Coordinación de Trasplante o el Centro Vasco de Transfusión y Tejidos Humanos de Osakidetza se pondrá en contacto contigo para:
    1. Solventar dudas
    2. Hacer un análisis de sangre
    3. Firmar un consentimiento

Muros de Bizkaia-Bizkaiko Infernua y ASPANOVAS juntas por la donación de médula

Para muchas personas afectadas por la leucemia y otras enfermedades, generalmente aquellas que afectan a la sangre, el trasplante de médula ósea puede proporcionarles una segunda oportunidad.

En algunos casos, es posible que el paciente sea trasplantado con sus propias células madre, más conocido como “autotrasplante”. Sin embargo, otros muchos necesitan un donante. Aproximadamente en el 30% de los casos el donante puede conseguirse dentro de la propia familia: padre, madre, hermano, hermano, etc. Aunque, un 70% de los pacientes necesitan recurrir a un donante fuera del ámbito familiar, conocido también como donante no emparentado, que le permita encontrar células compatibles para poder seguir adelante.

A nivel estatal, según los datos de la Fundación Josep Carreras, se localiza un donante compatible para más del 85% de los pacientes que lo requieren. Esta cifra se da, sin lugar a duda, gracias a la generosidad de todas las personas que forman parte del Registro de Donantes de Médula Ósea (REDMO).  Ya que ser donante supone, como bien expresa la ONT (Organización Nacional de Trasplantes) “entrar a formar parte de un selecto club mundial, de personas sanas y solidarias, que saben que en cualquier momento pueden llamarlas para salvar la vida de un paciente anónimo en cualquier parte del mundo”.

En ASPANOVAS conocemos bien la realidad de las familias de los niños, niñas y adolescentes con cáncer que necesitan un trasplante de médula. Las emociones que viven mientras esperan la llegada de ese ansiado donante son imposibles de explicar y lo que sienten cuando se les comunica que hay un donante compatible es indescriptible. Una mezcla de felicidad y miedo contenido que les conecta directamente con la esperanza, con la ilusión, con un futuro.

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